Saturday, April 13 — 5:51 AM. No coffee. No snacks. Just water and a couple of propafenone for the arrhythmia.
I dusted off my old Canson sketchbook, bought a thousand years ago. Its pages are starting to yellow at the edges, probably from that one humid day I left it out of the drawer. Two stickers from a local artist stare back at me — reminders that yes, this sketchbook is meant for my ideas. Like that artist who inspired me one random afternoon with nothing but silkscreens and stickers.
Inside: 60 pages of pure chaos. Scribbles. Product tests. Project fetuses swimming in the amniotic soup of creativity.
And as I reread them, I remember… I wrote this on a different sleepless night. I was inspired as hell. I knew the project would be a hit. That feeling hits me again now, this Saturday morning, like a warm coffee I didn’t have.
Clients want their files delivered on Fridays. And Mondays. At 8 AM. They’ve unionized to prevent me from resting. So I steal a few minutes of sleep time to write this. Maybe to inspire someone. Or maybe just to inspire future me.
What’s in my head at this hour? The usual: debts, deadlines, numbers, due dates, and wondering if I took the trash out. But this sketchbook — this quiet, messy, idea-filled brain-dump — reminds me I can still create. It’s my safe zone. My escape hatch. The crowbar that cracks open the skull of zombie routine — just for a few pages.
Each project idea in here is a tiny win. And I want to make them all. I want to lock myself in a cave (with Wi-Fi), dive in, and emerge twelve months later: skinny, filthy, but holding every finished project up like a caveman with a torch.
Sometimes I even send pages from this sketchbook to close friends, hoping they’ll send back photos of theirs. Some people send dick pics on Saturdays. I send sketchbook pics full of nonsense, half-baked ideas, and chaos — but all mine, and all worth something. And when someone sends back their own pages, it’s a weird little moment of mutual inspiration. Not sexy, but definitely creative. And sometimes, that’s enough to keep going.
There are new projects brewing. And if you’re reading this (hopefully not just future me), maybe you’re thinking: “So many ideas, but you never finish one…”
I know. But I’d rather have a thousand good ideas unfinished than publish one polished piece of shit that doesn’t mean a damn thing to me.
I see books here. Toys. Comics. Games. And I want to make all of them. No. I will make all of them. Time passes, but my ideas only get better.
This sketchbook even sleeps next to me now — just in case something hits while I’m waking up, before my brain gets polluted with news, obligations, or memes. These aren’t the best drawings. These aren’t the best photos. But they’re the first sparks, the messy ones. The ones that slip away if you don’t trap them fast enough.
Just remembered I forgot to take my cetirizine for allergies. But I did take my daily dose of inspiration.
Fuga Cerebral Sin Filtro (EDICIÓN CANSON)
Sábado 13 de abril — 5:51 AM. Sin café. Sin snacks. Solo agua y un par de propafenona para la arritmia.
Desempolvé mi viejo cuaderno Canson, comprado hace mil años. Las páginas ya empiezan a amarillearse en los bordes, seguramente por aquel día húmedo que se quedó afuera del cajón. Dos stickers de un artista local me miran desde la tapa — recordatorios de que este cuaderno está hecho para mis ideas. Como ese artista que me inspiró una tarde con sus serigrafías y stickers.
Adentro: 60 páginas de puro caos. Bocetos. Ideas de productos. Fetos de proyectos nadando en la sopa amniótica de la creatividad.
Y mientras releo todo, recuerdo... puta madre, escribí esto en otra noche de insomnio. Estaba prendido fuego de la inspiración. Sabía que ese proyecto iba a funcionar. Ese mismo sentimiento vuelve ahora, este sábado a la mañana, como un café que no tomé.
Los clientes quieren entregas los viernes. Y los lunes. A las 8 AM. Se aliaron en contra del descanso. Así que le robo unos minutos al sueño para escribir esto. Tal vez para inspirar a alguien. O tal vez para inspirarme a mí mismo en el futuro.
¿Qué tengo en la cabeza a esta hora? Lo de siempre: deudas, deadlines, cuentas, vencimientos, y preguntarme si saqué la basura. Pero este cuaderno — este tacho cerebral sucio, desordenado y lleno de ideas — me recuerda que todavía puedo crear. Es mi zona segura. Mi salida de emergencia. El palo que le abre el cráneo a la rutina zombie — aunque sea por unas pocas páginas.
Cada idea de proyecto en este cuaderno es una pequeña victoria. Y quiero hacerlas todas. Quiero encerrarme en una cueva (con Wi-Fi), meterme de lleno y salir doce meses después: flaco, apestoso, pero con todos los proyectos terminados y levantarlos en victoria cual cavernicola con una antorcha.
A veces le mando páginas de este sketchbook a amigos cercanos, esperando que me respondan con fotos de los suyos. Hay gente que manda fotos de su pene los sábados. Yo mando fotos... pero de mi cuaderno, lleno de ideas alocadas, bocetos sin terminar y caos — pero todo mío, y todo con valor. Y cuando alguien me manda una página de su cuaderno, se arma ese pequeño momento hermoso de inspiración compartida. No es sexy, pero es creativo. Y a veces, eso alcanza.
Hay nuevos proyectos en camino. Y si estás leyendo esto (espero que no sea solo yo en el futuro), capaz estés pensando: “Tantas ideas... ¿pero no terminás ninguna?”
Lo sé. Pero prefiero tener mil ideas buenas sin terminar, que publicar una mierda pulida que no me significa nada.
Acá veo libros. Juguetes. Cómics. Juegos. Y quiero hacerlos todos. No. Los voy a hacer todos. El tiempo pasa, pero mis ideas solo mejoran.
Este cuaderno hasta duerme cerca mío ahora — por si se me ocurre algo apenas me despierto, antes de que mi cerebro se contamine con noticias, obligaciones o memes. No son los mejores dibujos. No son las mejores fotos. Pero son las primeras chispas. Las caóticas. Las que se escapan si no las atrapás rápido.
Me doy cuenta que me olvidé de tomar la cetirizina para mis alergias. Pero mi dosis de inspiración ...ya la tomé.
This website uses cookies
Select which cookies to opt-in to via the checkboxes below; our website uses cookies to examine site traffic and user activity while on our site, for marketing, and to provide social media functionality. More details...
Cookie settings
We use cookies to enhance your browsing experience, serve personalized ads or content, and analyze our traffic. By clicking "Accept All", you consent to our use of cookies. More details...